Acerca de

Nosotros

Somos una empresa dedicada a la producción de una amplia variedad de snacks alternativos hechos a la medida con los mejores insumos de Bolivia.

Historia
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Carlos Uribe, el fundador de Guadalajara, es un hombre apasionado por la gastronomía.

Carlos siempre soñó con abrir su propio negocio, pero sabía que primero tenía que adquirir experiencia trabajando en el sector. 

Pasó años perfeccionando sus habilidades en diferentes restaurantes, aprendiendo los secretos de la cocina y adquiriendo conocimientos sobre sabores y técnicas culinarias, con el tiempo, Carlos comenzó a desarrollar un amor especial por los nachos o totopos y la comida mexicana en general, vio que los nachos eran un snack que tenía mucha versatilidad. 

Empezó a experimentar en su cocina, creando recetas únicas y sabrosas. Carlos se dio cuenta de que los nachos eran un alimento versátil y popular que podía disfrutarse en cualquier ocasión.

Impulsado por su pasión y determinación, Carlos decidió dar un paso audaz y fundar su propia empresa. 

Así nació Guadalajara, una pequeña fábrica de nachos situada en Santa Cruz. Carlos inició su negocio de forma artesanal, elaborando los nachos a mano y utilizando ingredientes frescos de alta calidad. 

La dedicación y el amor que Carlos ponía en cada lote de nachos pronto empezó a generar reconocimiento en la ciudad.

A medida que crecía la demanda de estos nachos, Carlos se enfrentaba a un reto: ¿cómo podía ampliar su producción para satisfacer las necesidades del mercado? Con gran determinación, Carlos invirtió en nueva maquinaria y formó a su equipo para trabajar de forma más eficiente. 

La pequeña fábrica artesanal se convirtió poco a poco en una fábrica más grande, sin perder la esencia y la calidad que Carlos había establecido desde el principio.

Guadalajara creció rápidamente, abasteciendo no sólo a los restaurantes locales, sino también a supermercados y distribuidores de toda Bolivia. 

Nuestros Nachos Guadalajara se convirtieron en los favoritos de muchos, y la marca se expandió a otras ciudades y regiones del país.

A pesar del crecimiento y la industrialización, Carlos siempre se aseguró de mantener la autenticidad y el sabor único de sus nachos. 

Aunque la producción se había vuelto más masiva, cada lote de nachos seguía llevando consigo el toque personal de Carlos, y el amor por su trabajo.